Shrek 2 no sólo bromea con los cuentos de hadas; la deliciosa burla se ha extendido a todos los íconos de la cultura pop. Para los que amamos el cine no hay banquete más especial que reconocer los pequeños y satíricos homenajes a películas como Spider-Man, Lord of the Rings, Indiana Jones, Frankestein, Alien, Mission Imposible, Ghostbusters, The Return of the Jedi, Zorro y The Little Mermaid, entre muchas otras. Más allá de los productos cinematográficos, el Café Starbucks, Versace, Tower Records, Burger King, la Vida Loca de Ricky Martin, Justin Timberlake, Garfield e incluso la afamada crítica de moda de E!, Joan Rivers, y los programas televisivos Cops y Disneyland también reciben su intoxicante dósis de parodia.
La trama es sencilla pero explosiva, dando pauta a que los más ligeros acontecimientos puedan arrebatarnos sonrisas de irreverencia. ¿Quién esperaba ver a Shrek haciéndose el macho en una riña con la Sra. Ogro, para, como en todos los matrimonios, terminar haciendo lo que la señora dice?, ¿O quien se imaginaba a Shrek, Burro y el Gato con botas, en la barra de un bar ahogando sus penas, mientras el Capitán Garfio toca el piano?
La cinta arranca con la introducción del gallardo Prince Charming (o Príncipe encantador), quien debe librar a Fiona de la maldición conocida por todos desde la primera parte de esta saga, sin embargo oh ¡sorpresa!, este príncipe,que podría apellidarse Beckham, descubre que Fiona ya ha sido “liberada” y ahora disfruta de una tórrida luna de miel con su gotesco esposo. Al regreso, la feliz pareja es invitada por los padres de Fiona para conocer al nuevo marido; dicho encuentro debe acontecer, literalmente como claman los cuentos, en la tierra de Far, Far Away (que está efectivamente muy, pero muy far, far, away y resulta ser un auténtico Beverly Hills Hollywoodesco). Tras una desalentadora y tosca presentación de los suegros, el Rey decide deshacerse de su yerno, para lo cual contrata a un aguerrido, tierno, seductor y muy españolizado Zorro, er...quise decir, gato, Gato con Botas (en la voz de Antonio Banderas), que junto con una misteriosa hada madrina, vienen a añadirle un mucho de picante al cast que ya conocemos. No tiene caso hablar más del hilarante guión, mucho menos contar el climax y el desenlace de esta mágica historia, pues es indiscutible que es mejor desconocer los datos y sentir romperse en el rostro, todas las mofas verdes y ácidas que esta superproducción de color limón, les tiene preparadas.
Esta cinta, que acaba de imponer el récord de apertura para una película animada, retoma aciertos de su antecesora y repite un acertado soundtrack que incluye a Counting Crows y David Bowie, además de algunas cancioncillas interpretadas en voz de los personajes. En la animación no hay nada que agregar, perfección sin límites; estamos hablando de Dreamworks y PDI, el equipo que se llevó a casa la estatuilla hace unos años con la creación de estos fantásticos CGI pletóricos de cualidades y defectos profundamente humanos.
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